lunes, 9 de junio de 2025

Excursión biogeográfica por el País Vasco

El sábado 7 de junio la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao, organizó una excursión biogeográfica por el País Vasco; teníamos al frente de la misma a nuestros queridos Santi, Javi, Eneko y Amador. Este ultimo se encargó principalmente de darnos las explicaciones para que viéramos el gran cambio que hay en la vegetación dependiendo de la región biogeográfica en la que esté. 


1ª parada: Pobeña 

Iniciamos el recorrido en Sestao acercándonos a Pobeña, climáticamente es zona atlántica, donde se explicó que en esa zona por el clima templado por la cercanía al mar y las condiciones de la misma debería reinar un encinar cantábrico denso e inaccesible cuyo principal habitante sería la encina (Quercus ilex ilex) acompañada de otra vegetación similar a la famosa laurisilva con madroños, laureles etc. y digo “debería” ya que no es así, apenas quedan resquicios de este fantástico bosque “gracias” a la presión humana. En su lugar podemos ver cultivos forestales por doquier.


 

2ª parada: Hayedo de Altube

La segunda parada fue en el hayedo de Altube, un lugar mágico y sombrío, bosque al que le gusta la humedad ambiental debida principalmente a las nieblas y nubes que rozan las montañas, así las hojas de las hayas la captan y consiguen obtener toda el agua que necesitan. 

Aquí se explicó la diferencia entre los distintos hayedos, y pudimos apreciar que en este en concreto el sotobosque es escaso, con mucha biodiversidad de microorganismos y menos de especies de flora, y te deja caminar entre las hayas por su inmensa alfombra de hojas secas. 

Hojas de haya                 Hojas de arce

En los hayedos bien conservados, aparecen tejos y acebos abundantes cuyos frutos se ha demostrado ser determinantes para la avifauna. En el caso de Altube, se ven otros tipos de arboles y arbustos como robles, arces y algunos acebo, que nos muestra el cambio de sus hojas brillantes y pinchudas si tienen peligro de ser ramoneadas por herbívoros o lisas y brillantes si ya no tienen ése u otro peligros.

El acebo, con sus hojas siempre brillantes y sólo a veces pinchudas

 3ª parada: Robledal en Abornikako

La tercera parada fue en el robledal del precioso pueblo de Abornikano. Un bosque de cuento, donde los robles se mezclan con alisos, avellanos y cientos de árboles y arbustos más, en este enclave también se puede apreciar la mano humana modificando el entorno. Pero pudimos empezar a apreciar la diferencia climática no sólo en el paisaje, sino también en persona, había bastante más temperatura que en la costa brumosa en la que habíamos empezado el viaje. Aquí descubrimos los diferentes tipos de robledales, la infinidad de Quercus que hay y lo que les gusta hibridarse complicando su identificación. También aprendimos que hay dos especies de alisos, aunque para los profanos es muy difícil diferenciarlos.

 

Hojas de espino albar                Hojas de aliso


Himantoglosum 

 

Parada  extra

De camino a la cuarta parada no pudimos dejar de parar a ver una orquídea en la zona de Anda, se trata de Himantoglosum hircinum, la cual este año está floreciendo majestuosamente, este ejemplar en concreto tiene 1,18 m de altura, para una orquídea europea es un tamaño mas que considerable y su observación fue una verdadera sorpresa y un lujo. Estaba acompañada de otras muchas de su especie y de muchas orquídeas más.

 

 

4ª parada: Alto de Arana

En la cuarta parada, zona de transición climática atlántica-mediterránea, acabamos en el alto de Arana, donde se podía apreciar la sequedad en el aire, aquí predominan los quejigos (y melojos cuando el sustrato es silíceo), árboles marcescentes que no pierden sus hojas secas en invierno, posiblemente para proteger sus yemas del intenso frio, y aparecen también todos los arbustos que suelen acompañarlos y aguantar tanto tiempo de calor y falta de humedad. Se empiezan a ver especies aromáticas como la lavanda. Se aprecia también que estos bosques han desaparecido en su mayor parte por su corta para madera y han sido sustituidos por cultivos agrícolas.

Melojo

 5ª parada:  Hayedo en el puerto de la Herrera

La quinta parada fue en el hayedo del puerto de Herrera, donde aprovechamos para comer nuestro merecido bocadillo a la sombra de estos increíbles árboles, que bajan la temperatura en varios grados con sus grandes ramas bien pobladas de hojas. Se trata de la cara norte de la sierra de Cantabria donde el haya tiene un lugar preferente para la captación del agua.

6ª parada: Sierra de Cantabria, balcón de La Rioja

La sexta parada ya en clima totalmente mediterráneo fue en el balcón de la Rioja, un mirador en la cara sur de la sierra de Cantabria en el que se aprecia ya clarísimamente el cambio del clima atlántico al mediterráneo. Toda la cara sur de esta cordillera está poblada con un grandísimo carrascal de Quercus ilex ballota, otra subespecie de encina distinta a la que habíamos conocido al inicio de la excursión. Estos dos arboles tan parecidos se pueden distinguir fácilmente por sus hojas sólo contándoles los nervios, aunque siempre habrá algún ejemplar que te haga dudar.

Foto de grupo en el balcón de La Rioja

7ª parada: laguna de Carralogroño

Y la séptima y ultima parada (botánica) fue en la laguna de Carralogroño, donde a pesar de ser ya las 18:00 el calor no nos dejó ni dar un paseo. Esta es una laguna endorreica y salina, en la que al secarse en verano se forma una costra de sal, favoreciendo el desarrollo de plantas típicas de saladares o marismas como la salicornia o Sonchus maritimus. Es un clima seco donde también abundan las orquídeas, pero la mayoría ya estaban pasadas, y pudimos ver especies claramente mediterráneas como la coscoja (Quercus coccifera) o la jara (Cistus albidus) entre otras. 

A la sombra

La variedad en las hojas de la encina

Laguna de Carralogroño

 ...y la despedida

Tras la pertinente parada a repostar algo de “energía y frescor” en Labastida regresamos a Sestao finalizando así un día estupendo, gracias a la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao y a Dani, el chófer, que nos llevó con paciencia a todos estos difíciles sitios para un autobús.

 

Texto y fotos: Susana P.
Aportaciones de Eneko D.

 

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