La luz es o nos parece diferente después de los meses invernales y en abril resulta especialmente agradable pasear y disfrutar del estallido primaveral.
Presento una sencilla muestra de lo que pude observar en el recorrrido al valle y la cueva de San Miguel, en Sierra Salvada, desde el puerto de Angulo. El paseo discurre paralelo al cortado con magníficas vistas; el pequeño valle al que nos lleva está cerrado por farallones rocosos; un bosquete de hayas, algunas de gran porte y aún desnudas, se
aloja en el fondo.
Las flores de abril
Las últimas Prímula veris conviviendo con las siguientes flores en aparecer. No están todas, otras muchas florecillas que también aportan su colorido han quedado fuera de este repaso
La cueva de San Miguel Erythronium dens-canis o Diente de perro |
Anemone nemorosa en el bosque, como su nombre indica |
Ranunculus ficaria (Celidonia menor) en zonas húmedas |
Romulea bulbocodium en los prados soleados |
Cardamine raphanifolia en zonas encharcadas y sombrías junto a riachuelos |
Hepatica nobilis muy abundante en el bosque, con sus variados tonos partiendo del blanco |
Narcissus asturiensis en los prados soleados |
Viola reichenbachiana muy abundante, agrupadas en zonas soleadas |
Helleborus viridis |
Narcissus nobilis un sólo ejemplar en el pinar acabando el recorrido |
De ella surge el río del mismo nombre que, unido a otro y varios riachuelos, se precipita por el roquedo en un salto de 200 m.
Entrada de la cueva de San Miguel El Viejo |
Interior de la cueva |
Al borde del salto de San Miguel, una vista espectacular |