El 28 de abril 2014 en la subida a los lagos de Covadonga empezamos a caminar por la Vega de Fano. Nos sorprendió muy gratamente esta vega. Dimos un paseo de apenas 4 horas en el que no dejamos de descubrir flores y más flores, aves y más aves, entre estas últimas el maravilloso picamaderos negro que nos deleito con su tamborileo y su canto de "este es mi territorio" y finalmente nos dejo verle plácidamente, también se asomaron a saludar la chova piquirroja, la tarabilla, el acentor común, cornejas, pardillos, escribanos, camachuelos, etc. Pero bueno siendo este un blog de botánica hablemos de las protagonistas, "las plantas".
Encontramos el final de la floración de los narcisos aún de varios tipos, euforbias con ese verdor brillante, los Helleborus foetidus con su inconfundible color burdeos en los bordes de los pétalos, Primula veris aun con muchas flores de su fuerte amarillo, Anemone nemorosa en pleno esplendor.
Y el inicio de muchas otras flores, como las violetas, las Scilla lilio hyacinthus cubriendo el suelo con su mezcla de verde y azul, Corydalis cava con su extraña figura, Ranunculus ficaria, o las Lithodora diffusa, Gentiana verna, Mercurialis perennis y Hutchinsia alpina con su millón de florecillas blancas
Todo esto en un ambiente de pradera de alta montaña con roquedos espectaculares y finalmente un precioso bosque de hayas el que entre otros arbustos pudimos encontrar un grosellero, del que no pudimos disfrutar de sus frutos pero si hacerle una bonita foto.
Texto y fotos: Susana Pérez
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