lunes, 27 de octubre de 2014

De cólquicos, azafranes y quitameriendas


Esta bonanza meteorológica nos está permitiendo hacer largas y soleadas escapadas a los montes de nuestro entorno. Hace unas semanas paseábamos por un prado cercano a un hayedo cuando una amiga cogió una flor malva y se la colocó en el pelo mientras me preguntaba por su nombre. "Tengo que verla más de cerca pero podría tener tóxico" avisé. Además de las risas que nos echamos le prometí que haríamos una entrada en el "blog de la Soci" para explicar cual es la tóxica y cual el azafrán.
Colchicum lusitanicum  /  Crocus nudiflorus  /  Merendera montana


Aunque la mayoría de las plantas, desarrollan su ciclo biológico durante la primavera y el verano dejando en el otoño el protagonismo a los hongos, hay algunas especies que esperan ocultas en la tierra para surgir de repente con las primeras lluvias de fin de verano y principio del otoño. La mayor parte de ellas son especies perennes, en muchos casos bulbosas y en general adaptadas a vivir soterradas la mayor parte del año.


A continuación nos vamos a referir a tres de estas especies que, por aparecer cuando los días van mermando y las tardes son más cortas, fueron bautizadas indistintamente  por pastores, campesinos y otros hombres del campo con el sugerente nombre de quitameriendas, además de cólquicos, azafranes silvestres, etc.

Tienen en común que, aunque florecen en otoño destacando del resto de especies por su belleza y vistosidad, su fructificación se lleva a cabo durante la primavera, por lo que en general pasa inadvertida. Además, a todas ellas podemos verlas tanto a escasa altitud, como en zonas de alta montaña.
  
En los hayedos y sus lindes suelen ser frecuente durante los meses de
           otoño, ver las flores del Crocus emerger entre la hojarasca.
 
 Sin embargo, sus apetencias ecológicas son bastante distintas, pues mientras unas viven en claros de bosques matorrales o herbazales con suelos más o menos húmedos, otras prefieren instalarse sobre terrenos pedregosos o pastos ralos con suelos bastante áridos.

Señalar también, que de estas tres especies dos de ellas Colquicum lusitanicum y Merendera montana pertenecen a la familia Liliaceae, mientras que Crocus nudiflorus está incluido en Iridaceae.


Sección de Colchicum, Crocus y Merendera donde se pueden apreciar estilos y estambres

 
En múltiples ocasiones han sido confundidas unas con otras por ser similar su fenología, color, hábitat, nombres comunes, etc. y por ello nos hemos animado a aclarar las diferencias existentes entre ellas, fijándonos en sus caracteres más visibles.

 
1.­ Colchicum lusitanicum Brot.. - Aspelarra – Cólquico

   A veces de un solo bulbo pueden surgir  un grupo numeroso de flores          Detalle de flor a medio abrirse 
Es la menos frecuente de las tres en Bizkaia. Vive sobre prados húmedos, bosques de ribera, y en claros húmedos de robledales de fondo de valle (eútrofos), ocupando zonas de umbría con suelos frescos y profundos en la mayoría de los casos.

Sus flores están formadas por seis tépalos de color rosa claro soldados en la base formando un estrecho tubo blanquecino que puede llegar a los 3 cm de largo. Tienen 3 estilos y 6 estambres. Su bulbo puede llegar a tener más de 5 cm de grosor y sus  hojas, que sobrepasan los 20 cm de largo por 4 cm de ancho, aparecen junto al fruto en primavera

Hojas de Colchicum envolviendo al fruto, en un herbazal fresco

Contiene un alcaloide denominado colchicina, usado como anti­inflamatorio para el tratamiento del ataque de gota o artritis gotosa. Esta planta tiene una elevada toxicidad que produce violentas diarreas aún en dosis terapéuticas.

Su flor ha sido confundida en muchas ocasiones con la del Crocus, pero si nos fijamos, veremos que mientras éste tiene tres estambres y un estilo acabado en finas ramas, el Colchicum porta 3 estilos libres y 6 estambres. Aparte de la coloración de los tépalos, violeta y homogéneos en Crocus y rosa claro con esfumaciones blanquecinas (similar a un ajedrezado difuso) en Colchicum.

Cuando el Colchicum es joven la forma de la flor es subcampanulada, pudiéndose confundir con la del Crocus            
si no nos fijamos en sus órganos internos

2.­ Crocus nudiflorus Sm. - Basa­azafrana - Azafrán silvestre


Planta abundante en bosques de caducifolios sobre todo en hayedos, robledales y quejigales y en las etapas de sustitución de estos bosques (matorrales y prados), coincidiendo a veces con el Colchicum en su ecología, por lo que es posible ver algunas veces a las dos especies compartiendo hábitat.

La flor o perianto de forma acampanada, está compuesta de seis tépalos de un color púrpura o violáceo bastante homogéneo. Tiene 1 estilo y 3 estambres con sus filamentos libres, de color blanco o azulado, y anteras de un amarillo intenso.

Sus estigmas al igual que los de su congénere C. sativus habitual en la gastronomía mediterránea, han sido utilizados como azafrán para condimentar y colorear algunos alimentos. Aunque el obtenido de C.sativus tiene tanta importancia en la cocina que ha pasado a ser uno de los productos más caros del mercado, llegándose a cotizar a 3000 €/kg. Precio comprensible, ya que para obtener un kilo se necesitan unas 250.000 flores.
 
A diferencia de Merendera y Colquicum, el Crocus tiene el estigma ramificado

Detalle de estambres y estigma de Crocus

3.­ Merendera montana (L.) Lange - Askari lorea – Quitameriendas

Merendera en su habitat y Flor seccionada donde se pueden ver los seis  estambres con sus largas anteras amarillas y los  tres estilos blancos con sus pequeños estigmas de color marrón

Es más fácil de distinguir de las otras dos especies incluso para los menos avezados, ya que sus tépalos están libres hasta la base y no tiene tallo visible. Por su aspecto, con seis tépalos abiertos y pegada al suelo, ha sido denominada estrella de tierra además de quitameriendas, su nombre más extendido. 

Al igual que el Colchicum toda la planta, contiene colchicína, un alcaloide tóxico aunque es en las hojas donde hay mayor concentración.

Aunque tiene tres estilos y seis estambres y los tépalos libres como el Colchicum, la Merendera  no tiene  tubo o tallo visible, y sus hojas brotan después de la floración,mientras las del Colchicum surgen con el fruto al llegar la primavera.

Su hábitat, adaptado a suelos pobres y secos, le diferencian tanto de Crocus como de Colchicum, apareciendo estos últimos en suelos más profundos y frescos.

Soporta condiciones climáticas extremas, está presente tanto en zonas de alta montaña, ocupando pastos pedregosos, como en zonas más bajas, sobre pastos de diente y terrenos áridos o sometidos al pisoteo. En muchos sitios su aparición se ve favorecida por la alteración del terreno, debido a la acción de micromamíferos, pisoteo de ganado, procesos de crioturbación, etc.

Algunos autores consideran que su fenología está más condicionada por el frio que por el agua, al haber observado que en zonas de montaña, donde las bajas temperaturas se anticipan a periodos de lluvia, florecen antes que en zonas bajas donde el calor se mantiene más tiempo.

A la llegada del otoño, los pastizales y terrenos pedregosos del macizo del Gorbea se engalanan
con  las bonitas flores del quitameriendas
Es una especie característica de las montañas mediterráneas, aunque está ampliamente distribuida por la Península Ibérica.
                            
Tabla con algunas de las diferencias morfológicas y ecológicas de las tres especies



Flor
Flor
Hojas
Hábitat
Colchicum autumale
Tépalos soldados en la base
Rosa claro ajedrezado
3 estilos y
6 estambres
En primavera con el fruto
Prados húmedos
Crocus nudiflorus
Tépalos soldados en la base
De color violeta homogéneo
1 estilo y
3 estambres
Estigma ramificado
Se marchitan antes de la floración
Bosques de caducifolios y sus lindes
Merendera montana
Tépalos Libres de color blanquecino en la base
Sin tallo visible
3 estilos y
6 estambres
Se desarrollan después de la floración
Suelos pobres y secos

   

Y después de la explicación, el guiño; el guiño recordando que la naturaleza tiene también sus caprichitos. Las cosas son como son.... pero en ocasiones ¡son diferentes!. La vida misma.
Crocus en La Pernía (montaña palentina)

Texto y fotos. Jabier Elorza, Oreina Orrantia & Santiago Patino


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