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jueves, 31 de mayo de 2018

...en un viejo muro





Se va enredando, enredando…
como en el muro la hiedra.
Y va brotando, brotando….
como el musguito en la piedra;
como el musguito en la piedra ay sí sí sí… 
                                        (Violeta Parra)



Resulta enternecedor descubrir rincones plenos de naturalidad en nuestros pueblos y ciudades. Suelen durar mientras pasan desapercibidos. Son estos escondrijos donde la vida silvestre encuentra refugio: insectos, caracoles, reptiles…. y plantas.

 


Voy a presentar en esta ocasión la variedad vegetal  que alberga el viejo muro de un viejo jardín; cerca, muy cerca, no os diré dónde.

Aun encontrándonos a finales de mayo, hay especies de las que sólo se empiezan a ver sus primeras hojas pero, como se ve en la foto, son ya muchas las que se encuentran en pleno desarrollo y ofrecen una magnífica sensación de conjunto.


Ninguna especie vegetal, salvo los líquenes, puede sobrevivir directamente sobre la roca; en este hábitat las especies se arraigan sobre la escasa materia orgánica que se va depositando o creando en las oquedades e irregularidades que lo permiten. Se trata, en general, de vegetales sencillos como musgos (de los que no trato en esta entrada por absoluto desconocimiento), helechos o plantas vasculares de pequeño tamaño. La fijación es superficial, difícil e insegura; se requiriere una gran especialización y no es posible el desarrollo de grandes vegetales. Algunas de las especies encontradas pertenecen a este tipo de hábitat, otras habrán germinado ahí por azar y serán capaces o no de prosperar.

Empecemos por los helechos:   

Asplenium trichomanes (Culantrillo menor) especie con enorme capacidad de soportar temperaturas extremas; es posible encontrarlo en grietas y fisuras de rocas, tanto básicas como ácidas, desde el nivel del mar a la montaña.

Asplenium trichomanes
Asplenium scolopendrium (Lengua de ciervo) es un helecho fácilmente identificable ya que sus frondes no están divididas y subdivididas en segmentos, como los están la casi totalidad de plantas de este tipo. 

Asplenium scolopendrium
Las especies del género Asplenium sirven de alimento a las larvas de varias especies de mariposas. 


Adiantum capillus-veneris  (Culantrillo de pozo) su nombre en latín deriva de su semejanza con una cabellera. Fue empleado para el cuidado del cabello según la antigua tradición de que las plantas eran medicinalmente buenas para las afecciones del órgano al que se semejaban.

Adiantum capillus-veneris
Polystichum setiferum Se trata de una especie perenne con preferencia por zonas cercanas a la costa

Polystichum setiferum                                                Detalle de la hoja
La sensación de frescura que ofrecen los helechos es sencillamente soberbia. En la foto siguiente coinciden los cuatro helechos que conviven en este muro. 



Otras especies también son abundantes:: 

Parietaria officinalis: se trata de una especie muy habitual en este tipo de hábitat. Pertenece a la familia de las ortigas. Lo de officinalis tiene que ver con un tradicional uso medicinal.
Parietaria officinalis

    Cymbalaria muralis: tiene un método de propagación poco habitual a través de fototropismo que es una respuesta vegetal al estímulo luminoso. Inicialmente, en fototropismo positivo, el tallo floral se direcciona hacia la luz pero tras la fertilización se aleja de la luz, en fototropismo negativo, para que las semillas caigan en una grieta de la pared o roca en donde germina. 
Tallo floral buscando la luz
Cymbalaria muralis

   También encontramos:

Oxalis corniculata
Bromus diandrus
Sonchus olereceus
Cardamine sp.
Acer negundo, un pequeño arce

    Y además, comenzando a crecer,  Lonicera japónica (madreselva originaria del este de Asia), Picris hieracioides, Vinca sp., Conyza sp., Euphorbia peplus, Veronica sp., la zarzamora,..

    Es cuestión de gustos la preferencia por este aparente desorden o la organización de un jardín tradicional, pero es incuestionable que en un espacio así respetado, en su libre y espontánea naturalidad, prospera una mayor biodiversidad.

Zorzal comiendo un caracol


Texto: Begoña Zorrakin (correcciones Javi Balentzia)
Fotos: Begoña Zorrakin

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