Páginas

lunes, 25 de mayo de 2020

Hábitat y comunidades de flora alpina en Bizkaia

En su lucha por la supervivencia, las plantas han estado sometidas a una especialización continua que les ha permitido colonizar la mayor parte del planeta, desde las zonas más bajas a las montañas más elevadas.


Líquenes y musgos son dos grupos de vegetales pioneros en la colonización de la Tierra,
preparando el terreno para el asentamiento de especies superiores. Islandia
Echium wildpretii o tajinaste rojo del Teide                                              Euphorbia balsamífera
Dos   especies adaptadas a vivir sobre rocas volcánicas desnudas

La Queñua o Polylepis sp., es un árbol andino que dispone de mecanismos de resistencia a temperaturas de congelación pudiendo vivir hasta los 5200 m. de altura,  formando bosques con un microclima especial que acoge una gran biodiversidad de animales y plantas específicas.
Parque Natural Cajas (Ecuador) 



La dureza del clima, altitud, topografía o sustrato, han sido algunos de los factores determinantes para su distribución. Aspectos determinantes como su resistencia a la sequía, adaptación a la salinidad, capacidad para captar la luz en ambientes sombríos, tolerancia a la humedad o insolación extrema, etc., han sido fundamentales en la colonización de ambientes muy diversos.

Chuquiraga jussieui                                                                  Gentiana hirculus
Dos especies típicas del páramo andino donde viven por encima de los 4000 m.
Sus vistosas flores y hojas duras y espinosas les ayudan sobrevivir y perpetuarse en un medio tan hostil

Halocnemum strobilaceum pertenece a un grupo de plantas llamadas halofitas por su tolerancia a la sal, la cual regulan en su organismo por medio de membranas o de unos pelos denominados tricomas. Viven en terrenos salinos, tanto marinos como continentales.  

La Caralluma europea es una planta crasa de aspecto de cactus y con algunas adaptaciones morfológicas que le permiten colonizar ambientes con diversos grados de aridez.

Calystegia soldanella vive sobre terrenos arenosos, colonizando dunas fijas y semimóviles de nuestras costas. 

Adenostiles alliaria, adaptada a vivir en zonas sombrías, se vale de sus grandes hojas para captar la escasa luz disponible en esos  medios.

Las montañas vizcaínas a pesar de su modesta altitud, albergan en su seno un número importante de especies alpinas cuya distribución se limita a la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.
La mayoría de ellas disponen de pocos efectivos, estando fragmentados a menudo en pequeñas localidades.


Crepis pirenaica
Pulsatilla alpina susp. Cantábrica
Nigritella gabassiana
Pedicularis tuberosa

Cuatro especies de distribución pirineo-cantábrica con contadas poblaciones
 distribuidas por nuestras montañas más elevadas
  
Al conjunto de especies que comparten el mismo ambiente y mantienen condiciones ecológicas afines con interacción entre sus componentes, se denomina Comunidad Vegetal.


Las comunidades vegetales en ocasiones muestran un colorido excepcional dependiendo de las especies que las conformen. En la foto se representa el brezal-argomal

Aunque escasas en Bizkaia, es en las Sierras de Gorbea, Amboto, Ordunte y Salvada donde, en la mayoría de los casos y de forma relíctica, perviven buen número de comunidades  de gran interés, con algunas especies alpinas en situación crítica, por lo que han sido incluídas en el Catálogo de Especies Amenazadas de la C.A.P.V.


Aconitum napellus subsp. vulgare. De bellas flores pero de gran toxicidad, sus escasas poblaciones están limitadas al macizo kárstico de Itxina en el Gorbea.
                              Gypsophila repens                                       Hypericum richeri subsp. burseri
Mantienen la mayor parte de sus efectivos
en rellanos y repisas herbosas de las calizas de Amboto

Trollius europaeus ha encontrado refugio 
en repisas herbosa y megaforbios de Sierra Salvada en Orduña. 

La Arnica montana es una especie boreo-alpina propia de las regiones frias de Europa.
En Bizkaia sólamente se la puede contemplar sobre algunas turberas de los Montes de Ordunte

Entre las  más importantes de nuestras montañas se encuentran las comunidades de: Roquedos, megaforbios, ventisqueros, zonas humedas, turberas, etc…


Las repisas y cantiles de la cara norte de ALDAMIN,
acogen gran cantidad de especies calcicolas de flora alpina

La cara norte del ZALAMA alberga una interesante muestra de flora silicicola
manteniendo aquí su única localidad en el Territorio Histórico de Bizkaia

AMBOTO. Sus cresterios, repisas, paredones y lápiaces.,
dan cobijo a comunidades de gran interés florístico algunas de ellas únicas en Bizkaia

Las zonas húmedas  son comunidades muy frágiles formadas por especies con gran poder de adaptación. Su mejor representación se encuentra en los Montes de Ordunte





Los roquedos calizos mantienen una gran presencia en nuestra geografía,
aportando un gran número de especies a la flora de Bizkaia

Texto y fotos: Santi Patino

viernes, 22 de mayo de 2020

22 de mayo: Dia de la Biodiversidad

La coordinadora de grupos ecologistas y naturalistas de Gipuzkoa NATURKON publica este comunicado al que nos adherimos grupos de BIzkaia 


Para proteger la Biodiversidad, los eucaliptos a Australia 


El 22 de mayo se celebra el Día Internacional de la Biodiversidad. La pérdida de biodiversidad es la principal causa y consecuencia de la crisis ecológica global en la que nos encontramos, y la pandemia provocada por el coronavirus, entre otras cosas, muestra entre otros los riesgos que dicha pérdida supone (también) para nosotros.

Según los científicos estamos en la época de la 6ª extinción de las especies. Como sabemos, somos la primera especie que provocará conscientemente la pérdida de biodiversidad de esta dimensión. Hay evidencias de ello en los distintos rincones del planeta, y también en el nuestro las tenemos a la vista.

El medio natural de Euskal Herria, en ausencia de seres humanos, estaría compuesto prácticamente por bosques. Deberíamos ver robledales mixtos y encinares en nuestros valles, y hayedos un poco más arriba, hacia la montaña. Estos bosques constituyen el soporte de su riqueza biológica y su estado de conservación condicionará nuestra propia biodiversidad. Es decir, a medida que perdemos el bosque natural, hemos perdido y perderemos nuestra vida: la biodiversidad de Euskal Herria.

A sabiendas de ello, resulta incomprensible la política forestal que se viene llevando a cabo en los últimos años, sobre todo en Bizkaia y Gipuzkoa. En plena crisis del pinar que ha transformado totalmente nuestro paisaje, el sector de la madera, lejos de aprovechar la situación para la reflexión y el cambio, sigue buscando soluciones para mantener una gestión forestal intensiva basada en el monocultivo que ha provocado la crisis, como siempre, con el apoyo de las Diputaciones. El pino está siendo sustituido por el eucalipto en ambos territorios, así por ejemplo en Bizkaia, con casi el 60% de superficie arbolada, las plantanciones de eucaliptos han superado el 17%, mientras que los bosques autóctonos no llegan al 25 %.
El eucalipto, además de ser una planta exótica invasora, genera graves efectos ambientales: secado del suelo, transformación de su estructura física y química, facilitación de incendios… Así afecta directamente a la biodiversidad local, dañándola y destruyéndola. Los daños ambientales de las plantaciones de eucalipto son muy superiores a los de los pinares. No hay más que ver lo que ha pasado en Portugal o Galicia para pensar en los riesgos que estamos tomando en nuestro país. La aprobación, promoción y/o subvención de esta política forestal que está provocando la expansión del eucalipto es inadmisible.

Sumándose a la corriente internacional, el lehendakari declaró el pasado verano el estado de emergencia climática. Se ha puesto el foco en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, ya es hora de que se promuevan los bosques autóctonos, siendo la biodiversidad la vacuna más eficiente que tenemos ante la crisis sanitaria que estamos viviendo. Las plantaciones de eucaliptos, que se explotan intensivamente, no son bosques, no son autóctonas y dañan nuestra biodiversidad.

Por todo ello, solicitamos la paralización de las plantaciones industriales de eucalipto:

  • Que las Diputaciones paralicen dichas plantaciones (denegando todas las subvenciones: pistas, maquinaria, mantenimiento), soliciten indemnizaciones por daños medioambientales, modifiquen las normativas y planifiquen y ejecuten nuevas políticas forestales.
  • Que los propietarios (públicos y privados) prioricen usos más respetuosos con el suelo.
  • Que la sociedad contribuya a difundir el mensaje de que aquí no queremos eucaliptos.
Video:  ¡Eucaliptos a Australia!



ADHESIONES

Anitzak-Plural elkartea (Ortuella- Bizkaia)
Bizirik Betiko (Berriz –Bizkaia)
Butroi Bizirik (Mungia-Bizkaia)
Haria Elkartea (Bakio-Bizkaia)
Kima Berdea (Abanto-Zierbana; Bizkaia)
Kolore Guztietako Basoak
Lanius Ornitologia Elkartea (Bilbao – Bizkaia)
Zizegorri Zamudioko Mikologia Elkartea
Anitzak-Plural elkartea (Ortuella- Bizkaia)
Aralar Bizirik plataforma (Aralar – Gipuzkoa)
Eguzki (Bizkaia)
Ekologistak Martxan (Bizkaia)
Otsotarrak elkartea (Ataun- Gipuzkoa)
Sección Botánica. Sociedad de Ciencias Naturales (Sestao – Bizkaia)
Zain Dezagun Busturialdea (Busturialdea – Bizkaia)

lunes, 11 de mayo de 2020

Introducción a la flora alpina

Aunque la denominación “alpinas” en principio se refería a las plantas de los Alpes, que se desarrollaban a altitudes situadas por encima de los bosques, en la actualidad abarca a todas aquellas que comparten  sus características más importantes al margen de su situación geográfica. Su distribución alcanza la mayoría de las montañas de la Tierra.
Paisaje alpino con Eriophorum angustifolium

La historia de las plantas  ha estado íntimamente ligada a los grandes cambios climáticos y fenómenos geológicos que han condicionado de forma decisiva la vida sobre la Tierra.
Solamente, aquellas que han sido capaces de adaptarse a las nuevas condiciones que se han ido generando (períodos cálidos, gélidos...), han logrado sobrevivir 

Las plantas alpinas son, en general, especies de pequeño porte y adaptadas a vivir en un medio condicionado por una climatología extrema a la que han hecho frente mediante una difícil adaptación a lo largo de miles de años, generando diversos mecanismos los cuales les han permitido sobrevivir hasta nuestros días.

Su compleja biología, su vistosidad tanto en colores como en formas así como los datos sobre su evolución a lo largo del tiempo, han propiciado que sean incluidas entre las especies más interesantes de nuestra flora.

Androsace ciliata:  especie de la alta montaña pirenaica
cuyo color contrasta con el desnudo roquedo donde habita

Xatartia scabra:  endemismo de los Pirineos orientales;
dispone de potente sistema radical adaptado a vivir sobre pedrizas y terrenos inestables
Sólo así se entiende que en las zonas más altas de las montañas, donde condiciones climáticas extremas han recreado y conservado una serie de ambientes similares a los existentes en épocas pretéritas, existan numerosas especies procedentes de períodos diversos que han conseguido mantenerse hasta nuestros días formando una variada y singular flora denominada Alpina, fiel reflejo de los avatares sufridos a lo largo de su historia.

Ramondia myconi   Especie relíctica de la flora terciaria, existente en el Pirineo antes de las glaciaciones  y que sobrevivió buscando refugio en las zonas bajas más favorables a sus apetencias climáticas. Es el único representante ibérico de la familia de las Gesneriáceas de la que existen otras cuatro o cinco especies en los Balcanes. El resto de los efectivos de esta familia se distribuye por las zonas tropicales del planeta.
Salix herbácea, procedente de las zonas árticas, llego al pirineo de la mano de las glaciaciones. Al replegarse éstas con el aumento de la temperatura, ha sobrevivido en las zonas  altas de las montañas donde el clima es similar al de su lugar de origen

BIOLOGÍA DE LAS ESPECIES ALPINAS
Las condiciones extremas en las que se desarrolla la vegetación alpina (violencia del viento, temperaturas extremas, inivación prolongada, escasez  de polinizadores etc..) dificultan, en gran medida, el normal desarrollo, tanto de las especies como de sus órganos reproductores.
Pico Astazu en el Parque Nacional de Ordesa, refugio de una gran diversidad de plantas alpinas
Ha sido su gran capacidad evolutiva y la permanente adaptación biológica y morfológica durante miles años lo que ha posibilitado su pervivencia hasta nuestros días. Flores grandes y vistosas para favorecer la polinización, reproducción asexual o vegetativa (rizomas, bulbos, estolones) para compensar la brevedad del período de desarrollo, pilosidad abundante para defenderse del sol, porte almohadillado contra el viento, etc. son algunas de las estrategias más comunes.
Dryas octopetala especie boreo-alpina llegada a estas latitudes en los periodos glaciales
Ligularia sibirica, nativa de Siberia y Europa del Este,
vive en prados húmedos al norte de los pirineos orientales
Para hacer frente al intenso frío invernal, acrecentado muchas veces por los fuertes vientos reinantes en las zonas altas de las montañas, desde las especies más grandes a las de menor tamaño han ido evolucionando y adaptándose para atenuar en lo posible los efectos de las temperaturas extremas. Así, los pocos árboles que viven en estos medios, tienen las ramas flexibles para evitar la acumulación de nieve que podría llegar a aplastarlos, producen resinas muy resistentes al frío y, en las zonas más expuestas, adoptan portes achaparrado o en estandarte para cortar o evitar los viento y que la violencia de estos no acabe destrozándolos.
El Pinus uncinata o Pino negro es la única especia arbórea capaz de soportar las inclemencias del mundo alpino gracias a las propiedades anticongelantes de su resina y sus ramas flexibles
Sorbus chamaemespilus  Arbusto alpino
que pasa el periodo invernal bajo la nieve al abrigo del bosque de pino negro

Muchas especies arbustivas comienzan su ciclo vegetativo bajo la nieve de forma que, cuando ésta desaparece, están ya preparadas para florecer y completar su ciclo en el menor tiempo posible; esta adaptación deriva de que, en estos medios, el periodo favorable es muy breve 
Rododendrom ferrugineun
Soldanella alpina
Ranunculus pyrineusRododentro, Soldanela y Ranunculus pyrineus  mantienen su ciclo vital bajo la nieve, desarrollando yemas y rizomas, para florecer rápidamente cuando esta desaparece
Entre las especies de tamaño más modesto son muchas las que adoptan formas de pulvìnulos o almohadillas, donde además de protegerse del frío y viento acumulan materia orgánica para su subsistencia. Este método suele ser muy frecuente en aquellas especies que viven sobre roquedos y donde la tierra escasea.

Vitaliana primuliflora
Saxifraga oppositifolia
Saxifraga bryoidesEstas especies se comportan como pioneras que van formando suelo a partir de sus órganos muertos, preparando el camino para el establecimiento de otras menos especializadas.
Otro de los factores a los que tienen que hacer frente durante la época cálida, es la fuerte insolación dominante durante las horas centrales del día que les provoca una pérdida de agua considerable e incluso la desecación total o parcial de sus órganos. Para atenuar los efectos del sol, un gran número de especies alpinas tienen sus órganos cubiertos de una pilosidad blanquecina que les aporta calor y refleja los rayos del sol o disponen de espinas u hojas muy pequeñas para disminuir la superficie de evaporación.
Leontopodium alpinum
Antenaria dioicaLa Edelweis y la falsa edelweis, son dos especies cubiertas de pelos blancos que les ayudan a soportar las inclemencias de la alta montaña
Genista longipesMuchas especies de las montañas mediterráneas propias de collados y cumbres adoptan formas de almohadilla y disponen de espinas para defenderse del sol y  los fuertes vientos reinantes en esa latitudes.
Las especies que viven sobre terrenos inestables y sometidos a un continuo desplazamiento (graveras, tarteras, pedrizas, etc.) para no ser desarraigadas, en ocasiones van alargando sus raíces llegando a alcanzar éstas unas dimensiones considerables o en otros casos forman con ellas una maraña donde acumulan la tierra necesaria que va desplazándose con ellas garantizándose su alimento. 


Viola diversifolia
Linaria alpina subsp. alpinaMientras la Viola diversifolia es un endemismo de la zona oriental del pirineo, la Linaria alpina se extiende por las montañas mas altas de Europa. Las dos viven sobre laderas y gleras móviles.
Pero uno de los problemas más serios que se les plantea en este medio tan hostil, es el de la reproducción o pervivencia de la especie. La escasez o ausencia de polinizadores en la alta montaña la tratan de remediar con unas flores grandes y coloridas más fáciles de localizar por los pocos insectos que allí viven.
Gentiana alpina
Primula latifoliaMuchas de las especies alpinas disponen de vistosas flores
 para atraer a los insectos y favorecer su polinización
Así mismo, una gran mayoría son especies perennes y disponen de un sistema de reproducción vegetativa que les permite ir generando nuevos individuos que garantizan la pervivencia de la especie aquellos  años en que, por distintos motivos, la viabilidad de las semillas no es posible. Esto explica la ausencia de terófitos o especies anuales entre la flora alpina.
Erigeron uniflorus
Ranunculus glacialis
Narcissus abscissusErigeron uniflorus y Ranunculus glacialis son dos especies perennes que viven en las zonas más altas de los Pirineos y disponen de rizomas para su reproducción, mientras que el Narcissus  abscissus, endémico de los pirineos occidentales, lo hace por medio de su bulbo.



Texto y Fotos:   Santi Patiño