Hace unos años en unas vacaciones
en Sanabria vi en un bar, creo en San Martín de Castañeda, un curioso adorno
Era un disco de un tronco cortado,
un viejo olmo de 103 años. La dendrocronología es la ciencia que, a través del estudio de los anillos de los árboles, es capaz de fechar la edad del árbol así como la evolución del clima en que vivió. Pero en estos anillos lo que se había señalado eran acontecimientos humanos que tuvieron lugar
durante el tiempo vivido por el árbol.
Me pareció una curiosa e
interesante decoración; no pregunte
su historia, había bastante gente en el bar y no quise entretener al personal,
pensé acercarme otro día pero no llegué a hacerlo. Recuerdo que estuve largo
rato observándolo, que me hizo reflexionar; las vacaciones son un buen momento
también para ello.
No recuerdo ya mis pensamientos
de entonces pero aún hoy, al ver la foto, me surgen reflexiones: ante la
agitada existencia humana, la imperturbabilidad de la naturaleza, testigo
paciente (en ambas acepciones: de serenidad
y de sufriente) del ir y venir de nuestra especie, tan prepotente, tan
ambiciosa, tan pretenciosa, tan vana.
Como se señala en el propio tajo
“1882. La Grafiosis no me dejó seguir hablando…”; aquel viejo olmo estaba
enfermo, la enfermedad de los olmos, provocada por un hongo, y que ha acabado
ya con miles de estos árboles. Hubiera podido vivir otros cien años… y más,
testigo de varias generaciones de nuestra historia.
Indagando, he descubierto varias
cosas:
- Lo de negrillo ha de venir de que éste es uno de los nombres populares que se da al Olmo común (Ulmus minor)
Balneario de Bouzas-Sanabria-Zamora |
- Lo de Bouzas tiene su historia: entre el último tercio del s. XIX y el primero del s. XX el Lago de Sanabria contó con uno de los atractivos veraniegos de aquellos años, el Balneario de Bouzas. Estaba situado en la orilla derecha del lago, próximo a un manantial de agua sulfurosa cuyas propiedades curativas y medicinales se aprovechaban vertiéndose el agua a unas bañeras de piedra desde un depósito situado encima de la fuente. Este balneario contó con ilustres visitantes como Unamuno, Sagasta y Alfonoso XII.
El viejo balneario
está hoy abandonado y en semirruina; el agua de su fuente se vierte por un caño
en el lago, bajo cuya superficie existe también otra surgencia.
Manantial y bañera del Balneario de Bouzas |
Y, para terminar… no perdáis
ocasión de pasear por un bosque entre árboles viejos. Esos colosos tienen poder en el más hermoso sentido de la
palabra: cuando la savia les recorre, forman guarida y despensa para
innumerables seres, sin ellos otras muchas existencias serían imposibles: insectos,
aves, anfibios, reptiles, pequeños y grandes mamíferos, musgos, líquenes, hongos… dependen de ellos. Pero
también cuando han sucumbido, cuando yacen desplomados en el suelo, la vida
continúa nutriéndose de ellos y es también impensable en su ausencia.
¡Eso sí que es
poderío!
...a los ojos de un viejo árbol |
Texto y fotos: attaju